sábado, 17 de marzo de 2012

Cómo transformar el cuerpo de dolor:

Reconociendo: Observa la conversación interna. Cuando los pensamientos sobrevengan, permítelos y reconoce los sentimientos que generan. “Estoy asustado”, “Estoy enojado”, “Estoy triste”, “Estoy excitado”, “Estoy entusiasmado”, “Me siento atraído”, "Estoy confundido", etc. Date cuenta que cuando una emoción está activa, también hay un diálogo interno que pretende justificar y dar razón o sentido a la emoción. Procura quedarte con la sensación sin perderte en el diálogo interno.
Localizando: Ahora, enlaza con tu cuerpo ¿Dónde lo siento? Notando en qué parte del cuerpo está exactamente la sensación. Estamos acostumbrados a estar desconectados de nuestro cuerpo. Cuando permitimos que el cuerpo sea parte de lo que está sucediendo, entramos a otro nivel de consciencia y el cuerpo nos contará lo que necesitamos. La energía estancada está en el cuerpo y desde allí será liberada.
Permitiendo: Ahora que escuchas tu cuerpo, déjalo que haga lo que necesita: moviéndolo, sacudiéndolo, estirándolo, emitiendo sonidos… Al conectar con el cuerpo, el nos dirá lo que necesita y simplemente se lo permitimos sin juzgar, ni criticar. Por ejemplo, el cuerpo necesita gritar y la mente puede resistirse justificándose en que será vergonzoso o incomodará a otros. Permitirlo significa contribuir a satisfacer la necesidad del cuerpo, a pesar de reconocer lo que la mente nos diga. Si necesita gritar puedes imaginar que gritas y te zambulles en esa sensación.
Intensificando: Amplificando al máximo lo que siento. La manera de traspasar la contracción es experimentándola en todo su potencial, a pesar de los temores que genere. Estamos hechos de una gran inteligencia, de manera que, se trata de confiar y zambullirnos totalmente en la contracción.
– Respirando: Pasado el proceso de reconocer, permitir, localizar e intensificar, la respiración nos llena de vida y equilibrio promoviendo la conexión entre todas las células del cuerpo y por lo tanto la integración de la energía liberada.
Después, procúrate un tiempo a solas para integrar la experiencia que has tenido. Tal vez, recostarte por un rato y luego escribir en tu agenda.
Toma agua.

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