La Gratitud es una virtud que es necesario que cultivemos y desarrollemos constantemente. Es importante que se vuelva un hábito. La mayor parte de las veces, olvidamos agradecer y solamente reclamamos. En lugar de herirnos, cambiemos esa actitud de víctima por una actitud positiva, agradeciendo desde que abrimos los ojos hasta la hora de irnos a dormir. Al hacer esto, abrimos nuestros corazones y nuestro entendimiento descubriendo las bendiciones pequeñas y grandes que recibimos cada día.
Así logramos percibir bendiciones que no habíamos notado ni disfrutado hasta ahora. Comenzamos a darnos cuenta que muchas veces hemos sido protegidos, ayudados, amparados. El sentimiento de gratitud nos libera de preocupaciones y nos brinda tranquilidad. Al agradecer nuestro corazón descansa, nuestra mente se aquieta, nos relajamos, dormimos mejor, y nos vemos libres de las tensiones de la vida moderna.
El agradecimiento sana las dolencias psico-somáticas y las crónicas. Cura los dolores del alma como la depresión, la tristeza, la soledad, la melancolía, la baja autoestima, el insomnio y la ansiedad. Recordemos siempre demostrar nuestro sincero agradecimiento a aquellos que nos ayudan. (...) (...)
Recordemos todas las cosas buenas de la vida.
Permitamos que la gratitud disuelva nuestro cansancio, la tristeza y el karma.
Permitamos que nuestro corazón se vuelva suave y dulce a través de la gratitud y experimentemos el entusiasmo y la tranquilidad.
¡Om Shanti!
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