jueves, 19 de enero de 2012

Cobardia

Ninguna técnica te servirá para transformarte lúcidamente si sigues siendo un maldito cobarde.
Empecemos por aclarar que cobardía y miedo son dos cosas distintas.
El miedo es inevitable. Es un sistema de emergencias que opera en nuestro ser para protegernos del entorno.

La cobardía en cambio, es convertirnos en el miedo. Paralizarnos ante él. Es como escuchar una alarma de incendio y quedarte escondido en el clóset por miedo a morir calcinado. En resumen, ser cobarde es tenerle miedo al miedo.

Veamos algunas razones de porqué le huyes a algo inevitable:
1.      El sistema te amamanta: Desde pequeño te criaste en medio de valores que promueven tu huida permanente al miedo y a evadir el peligro. Todo el pomposo estilo de vida que la economía motiva,  se fundamenta sobre una estimulación básica: Quiero más porque tengo miedo a ser lo que soy.
2.       Te juntas con cobardes: Los cobardes tienen fabulosas redes de apoyo para patrocinar su espanto colectivo. Nos vemos en la próxima reunión.
3.       Eres un valiente al servicio de un propósito cobarde: Así es. O vives en un pasado glorioso sacándole brillo a tus medallas herrumbradas, o todos tus actos de coraje son sirvientes de  tu “misión de escape inconsciente”.
4.       Eres muy inteligente para ser valiente: La intelectualización de tu cobardía resulta muy conveniente. Tienes razones ultra-sofisticadas para seguir siendo un catedrático gallina.
5.       La Tribu te necesita: Lo quieras o no, la cobardía es una herramienta de cohesión social. Sin cobardes no hay rebaño, sólo lobos solitarios.
Lo bueno es que en nuestra especie se permite elegir lo que quieres ser: Oveja o Lobo.
Y no te engañes, una oveja con corbata, que hace Yoga o que dice “Namaste”, seguirá siendo una oveja.
En ciudad de cobardes el valiente es rey.

No hay comentarios:

Publicar un comentario