sábado, 11 de agosto de 2012

El Terapeuta y la Sombra

Para que las ramas de un árbol lleguen al cielo
sus raíces deben tocar el Infierno
Lema Alquímico Medieval-


El término Sombra fue introducido por el psiquiatra suizo C.G. Jung dentro del lenguaje psicológico para referirse a una parcela de nuestro inconsciente personal. En la formulación de su teoría afirmaba que el hombre, en su trabajo de autodescubrimiento y autoconocimiento debía ir integrando a su psique los elementos inconscientes, con la finalidad de tener una mayor conciencia de sí mismo en el camino hacia la Individuación. Es decir, para llegar a convertirse en lo que realmente es y así desarrollar su potencial individual.
La Sombra está referida a los contenidos de nuestra psique oscuros y rechazados, no reconocidos, que tendemos a colocar fuera de nosotros. Se puede afirmar que a menor conciencia de la Sombra, mayor dominio de ella sobre nosotros. Conductas tales como estar fuera de si, o perder el control ,o sentirse desbordado son clave para identificar las situaciones en que se manifiesta. Afirmar: no sé lo que me pasa, me sentí poseído por una fuerza ajena, yo me comporté asi pero en realidad no soy asi, son descriptivas de la acción de la Sombra. ¿Cómo podemos ser diferentes de como nos comportamos? Esta incongruencia nos está diciendo que alguien más domina nuestros actos y es necesario averiguar quien se esconde detrás de nuestra voluntad.

Las imágenes arquetípicas asociadas a la Sombra son aquellas que no resultan gratas a la conciencia: la ira, la avaricia, la mentira, la dependencia, el orgullo, el racismo, lo grotesco, la hipocresía, la muerte, el dogma, la codicia, la insensibilidad, la locura, entre otras. Todas ellas son expresiones inferiores de la naturaleza humana, pero humanas al fin, tan humanas y reales que nos topamos con alguna de ellas a diario.
Rechazar, negar, culpar a otros, dar explicaciones demasiado elaboradas sobre nuestro actuar irracional, son mecanismos para defenderse de la Sombra.
Callar y mirar dentro de sí puede ser un primer paso para su reconocimiento. Esto toma tiempo y compromiso. Jung, al respecto afirmaba que constituía un esfuerzo moral el trabajo de confrontación con la propia oscuridad.

Si la Sombra por definición es inconsciente, ¿cómo podemos identificarla? Debemos servirnos de los símbolos, los sueños, los actos fallidos, las proyecciones. Sólo a través del trabajo de auto-observación y reflexión podemos empezar a reconocer los elementos arcanos de nuestra psique inconsciente.

En las últimas décadas, el boom New Age masificó el arte terapéutico y lamentablemente gran cantidad de personas asumieron el rol sanador/curador sin la preparación adecuada. La nueva espiritualidad propone el encuentro con lo Divino excluyendo la exploración y depuración de las partes más groseras de la psique humana, vendiendo la trascendencia y la iluminación en cursos de fin de semana. Se asegura el contacto con entes angélicos y con el Yo Superior en unas breves y pocas sesiones.

Esta espiritualidad light, que ha ido edulcorando todo a su paso, simplemente niega y aparta a la Sombra, no contempla un trabajo interior de confrontación honesta consigo mismo. Lo oscuro ahora ha tomado matices rosados. Los arquetipos naturalmente densos también participan de esta ligereza, de manera que levitan entre nubes de algodón. Se ha banalizado el sufrimiento, porque se lo rechaza ¿Cómo un terapeuta que no ha tenido la intención de realizar un trabajo de revisión personal pretende guiar a otros en momentos de oscuridad?¿No sería más honesto empezar a depurar el Yo inferior para luego, aspirar al Superio?

Desde el análisis del Ego, es interesante analizar la Sombra como orgullo espiritual. Muchos que se hacen llamar maestros, gurus o se venden como líderes espirituales muestran conductas veladas de fanatismo, sectarismo e intolerancia. Descalifican a aquellos que no pertenecen al mundo de la espiritualidad mirándolos del hombro hacia abajo, predican la empatía y la compasión pero no la practican. A este repecto, la congruencia entre el decir y el hacer es importante para discriminar el equilibrio interior y el nivel de conciencia de quien pretende ser un Maestro. Además, valga la acotación, el verdadero Maestro nunca pretende serlo, sencillamente lo es.

Otra manifestación de la Sombra es la charlatanería; aparece cuando utilizamos de forma oportunista la información o el conocimiento oculto para proteger y justificar las conductas del consultante o las propias. También cuando se utiliza para hacer interpretaciones o análisis no solicitados. Freud afirmaba que toda interpretación fuera del contexto terapéutico era considerada una agresión. A esto me refiero con los astrólogos de fiesta o los tarotistas de salón.

La Sombra también puede aparecer como poder, en la dependencia que generamos en el consultante: nos consultan queriendo burlar al destino pero paradójicamente no toman decisiones sin el consejo del "brujo" . Creo que quien tiene una mínima comprensión de los mundos espirituales sabe que todas las experiencias son necesarias para crecer en conciencia. Y la conciencia no se inyecta desde afuera. Se adquiere ó por vivencia ó por reflexión. Generalmente por la primera, mientras que por reflexión, se mira hacia adentro.

El orgullo intelectual puede ser otra expresión de la Sombra. El lenguaje rebuscado y adornado que oculta nuestra propia ignorancia e inseguridad. De nada sirve hablar en un lenguaje técnico incomprensible para el consultante. Debemos desarrollar la capacidad de llegar al cliente de forma clara y sencilla, además de cercana. Recordemos que somos, fundamentalmente, traductores de símbolos.

Una vez que podamos tener un poco de mayor claridad sobre nuestras verdaderas motivaciones como sinceros buscadores, -dispuestos a confrontarnos- es que tal vez podremos cambiar desde adentro la imagen Sombra dentro de la Nueva Era que se mueve en el colectivo. Sólo entonces empezaremos a transitar hacia otro nivel de conciencia que nos permitirá profundizar sobre nuestra propia naturaleza .> 

Laura Morandini
Caracas

No hay comentarios:

Publicar un comentario