viernes, 17 de agosto de 2012

La lombriz

Me contaron también acerca de un sacerdote que estaba tratando de convencer a un feligrés alcohólico de que dejara la bebida. Para ello llenó un vaso con alcohol puro y tomó una lombriz, dejándola caer en el vaso. La pobre lombriz comenzó a retorcerse y murió. Y el sacerdote le dijo al feligrés:

-¿Comprendiste el mensaje, Juan?

-Sí, padre, comprendí el mensaje... comprendí el mensaje...¿Sabe? , si se tiene un bicho en el estómago, hay que tomar alcohol.

Bueno, si estás preparado para oír algo nuevo, sencillo, inesperado, opuesto a casi todo aquello que te han contado hasta ahora, entonces quizás escuches lo que tengo que decir, quizás lo comprendas. Cuando Jesús enseñaba la Buena Nueva, creo que fue atacado no sólo porque lo que enseñaba era bueno, sino porque era nuevo. Odiamos todo lo que es nuevo: -No quiero oír nada nuevo; denme las viejas cosas.

Si rechazamos lo nuevo, no estamos dispuestos a escuchar. Pero si lo aceptamos sin discriminar, tampoco estamos escuchando.
No nos gusta lo nuevo; es demasiado molesto, demasiado liberador. Si rechazamos lo nuevo, no estamos dispuestos a escuchar.

Anthony De Mello

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