lunes, 23 de julio de 2012

EL PERDON

Tu vida esta plena de logros, luchas y grandes esfuerzos, y aunque a veces no lo parezca, cada día te vas acercando, paso a paso, a lo que tú quieres. Pero ten cuidado, puedes tener un enemigo capaz de destruir sin piedad, lo que con tanto trabajo has construido. Me refiero a tus propios resentimientos.
El resentimiento es como tomar un veneno para tratar de envenenar a otro. Mientras el dolor pasa, el rencor se queda; lo agravas, como a una herida que no se deja sanar.
El resentimiento es un monstruo que puede tener el tamaño que le des. Lo puedes alimentar con los pensamientos de queja y de autocompasión. Entre más lo crezcas más partes de tu vida invadirá.
La energía que le das a ese fantasma es la misma que puedes usar para construir tus sueños o la vida más plena y feliz que te mereces. Quien no perdona, sin darse cuenta, poco a poco se aísla y empieza a olvidar o dejar de disfrutar lo grato de su vida.
Con el rencor te haces más difícil, y lo agradable se opaca con el tormento de la amargura.
Digno no es quien resiente¦
Digno es quien perdona.
Que estúpida es la venganza que mantiene
anclado el dolor.

La venganza sabia es dejarlo ir y seguir adelante;
es construirse en vez de destruirse.
El perdón es un  regalo para sí mismo. Es regalarse la paz
. Es soltar la carga. Es decidir mirar la luz de nuevo, y con determinación caminar hacia ella, hacia lo mejor de ti, de tu vida.
No perdones para que el otro cambie. Acéptalo,
el otro nunca va a ser como tú quieres;
eso no depende de ti.
No le des a nadie el poder de hacerte infeliz. Perdona porque decides hacerlo y retoma tu poder
¡Tu inmensa capacidad de construir tu propia tranquilidad!

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