sábado, 14 de julio de 2012

La Inteligencia

Desde un punto de vista conceptual podemos definir la inteligencia como “la capacidad de producir la información que tiene el individuo para desarrollar estrategias para adaptarse al medio”.
Efectivamente, eso sería lo que es la inteligencia, pero una inteligencia de origen genético que es lo que podríamos llamar “el instinto”  y que determinará el potencial intelectual de cada uno.
Otro tipo de inteligencia sería el proceso de interacción con el medio y varía según los desafíos que la persona tenga que enfrentar en la vida.
Otro tipo sería la que evalúan los test psicométricos y depende de la naturaleza de los mismos.
El Psiquiatra español Enrique Rojas define la inteligencia como “el producto que resulta de utilizar en forma correcta y adecuada el procesamiento de la información a través de unidades de análisis y mecanismos internos, que saben diferenciar lo accesorio de lo fundamental, así como integrar y asociar los distintos niveles de recepción de datos”.
El Dr. Enrique Rojas diferencia distintos tipos de inteligencia:
Inteligencia espontánea: Brota de forma natural sin necesidad de ser estimulada, emergiendo de forma fluida.
Inteligencia provocada: Necesita de estímulos externos que le ayuden a vencer una cierta inercia. Mejor rendimiento cuando hay una presión externa.
Inteligencia analítica: Trata de escudriñar los problemas, separando, distinguiendo y puntualizando los distintos aspectos del tema a tratar. Observa, distingue, matiza, desmenuza y va aplicando criterios de segmentación.
Inteligencia sintética: Resume las características mas relevantes del asunto a tratar.
Inteligencia emocional: Capacidad de expresar sentimientos. Conocerlos.
Inteligencia Objetiva: Puede medir y captar en forma clara, rotunda y manifiesta la relación yo-mundo.
Inteligencia subjetiva: Actúa sobre la realidad, transformándola de algún modo por medio de la imaginación y la fantasía.
Inteligencia teórica: Es capaz de moverse dentro de un terreno conceptual, abstracto.
Inteligencia práctica: Tener capacidad para resolver un problema nuevo que surge de forma inesperada y que exige ensayar una solución inmediata.
Inteligencia metódica: Es sistemática, precisa, sigue los pasos de una serie de premisas bien coordinadas, con argumentos firmes y contundentes. Todo es minucioso, prolijo, parejo, muestra un proceso muy ordenado en su funcionamiento.
Inteligencia analógica: En ella se recurre a equivalencias, similitudes, metáforas, comparaciones como medios para expresar el pensamiento.
Inteligencia discursiva : Demuestra facilidad para expresarse verbalmente, con un estilo claro, bien definido, con el que consigue transmitir un mensaje adecuado.
Inteligencia matemática: generalmente va asociada a la inteligencia teórica.
Inteligencia social: permite relacionarse con los demás sin inhibirse,  aunque sean desconocidos. No se bloquea verbalmente ante una situación dificil. Sabe decir  no en forma determinante, sin dureza ni brusquedad. Puede mantener una conversación fluida y amena tanto en conversaciones superficiales como en otras más profundas.

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