miércoles, 1 de mayo de 2013

"La Verdad es una tierra sin caminos"

El hombre no puede llegar a ella por medio de ninguna organización, a
través de credos, dogmas, sacerdotes ni rituales, ni tampoco por medio de
conocimientos filosóficos ni técnicas psicológicas.

Debe hallarla mediante el espejo de la relación, mediante la comprensión
de los contenidos de su propia mente; por la observación y no por el
análisis intelectual ni la disección introspectiva.

El hombre ha construido en sí mismo imágenes -religiosas, políticas y
personales- como valla de seguridad. Éstas se manifiestan en forma de
símbolos, ideas y creencias. La carga de dichas imágenes domina el modo de
pensar del hombre, su relación y su vida cotidiana.Estas imágenes son
la causa de nuestros problemas, porque separan a un hombre de otro.
Su percepción de la vida está formada por los conceptos previamente
establecidos en su mente. *El contenido de su conciencia es toda su existencia. Dicho
contenido es común a toda la humanidad. La individualidad es el nombre, la
forma y la cultura superficial que ha adquirido de la tradición y del
entorno. La unicidad del ser humano no estriba en la libertad superficial,
sino en la completa liberación del contenido de su conciencia, la cual es
común a toda la humanidad. Así pues, él no es ningún individuo.

La libertad no es una reacción; la libertad no es elección. Es pretensión del
hombre creer que es libre porque puede elegir.La libertad es observación
pura sin dirección alguna, sin temor del castigo, ni recompensa.

La libertad es sin motivo; la libertad no se encuentra al final de la
evolución humana, sino en el primer paso de su existencia. En la
observación uno empieza a descubrir la falta de libertad.
La libertad es hallada en el estado de conciencia alerta y sin
elección de nuestra existencia y actividad de cada día.

El pensamiento es tiempo. El pensamiento nace de la experiencia y de los
conocimientos, los cuales son inseparables del tiempo y del pasado. El
tiempo es el enemigo psicológico del hombre. Nuestra acción está basada en
los conocimientos y por lo tanto en el tiempo, de modo que el hombre es
siempre esclavo del pasado. El pensamiento es siempre limitado y así
nosotros vivimos en constante conflicto y lucha. No existe ninguna
evolución psicológica.

Cuando el hombre se vuelva consciente del movimiento de sus propios
pensamientos, verá la división que hay entre el pensador y el
pensamiento, entre el observador y lo observado, entre la experiencia y el que la vive.

Descubrirá que esta división es una ilusión. En este momento sólo hay pura
observación, que es percepción interna sin sombra alguna de pasado ni
de tiempo.
Esta percepción interna intemporalorigina una mutación radical y profunda
en la mente.

La negación total es la esencia de lo positivo. Cuando hay negación de
todas las cosas que el pensamiento ha creado psicológicamente, sólo
entonces, existe el amor, que es compasión e inteligencia.

(Esta declaración fue originalmente escrita por el mismo Krishnamurti el
21 de Octubre de 1980 para el libro: "Krisnamurti: Los años de plenitud" ,
de Mary Lutyens, segundo libro de su biografía.)

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