miércoles, 1 de mayo de 2013

LO EFIMERO DE LA VIDA


Considera sin cesar cuántos médicos han muerto después de haber fruncido el ceño

repetidas veces sobre sus enfermos; cuántos astrólogos, después de haber
vaticinado,como hecho importante, la muerte de otros; cuántos filósofos, después
de haber sostenido innumerables discusiones sobre la muerte o la inmortalidad;
cuántos jefes,después de haber dado muerte a muchos; cuántos tiranos, tras haber
abusado, como si fueran inmortales, con tremenda arrogancia, de su poder sobre
vidas ajenas, y cuántas ciudades enteras, por así decirlo, han muerto: Hélice,
Pompeya, Herculano y otras incontables. Remóntate también, uno tras otro, a
todos cuantos has conocido. Éste, después de haber tributado los honores fúnebres
a aquél, fue sepultado seguidamente por otro; y así sucesivamente. Y todo en poco
tiempo. En suma, examina siempre las cosas humanas como efímeras y carentes de
valor: ayer, una moquita; mañana, momia o ceniza.
Por tanto, recorre este pequeñísimo lapso de tiempo obediente a la naturaleza y
acaba tu vida alegremente, como la aceituna que, llegada a la sazón, caería
elogiando a la tierra que la llevó a la vida y dando gracias al árbol que la produjo.
MARCO AURELIO

Meditaciones




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