No puedo no morirme, dice un experto en el tema, no puedo no sufrir, no puedo no luchar, no puedo no ser culpable, hablando de las situaciones últimas de que tratara Jaspers. Y agrega: No puedo vivir sin sufrir, sin hacer sufrir, sin matar; mi simple hecho de vivir exige que otros mueran y sufran; hasta biológicamente tengo que matar, para subsistir, o hacer que otros maten por mí. De nada vale que me olvide y disimule esa situación: alguien siega vidas por mí...
Siendo para el hombre
lo posible todo, o siendo el hombre un posible lleno de posibilidades es, sin
embargo, la muerte el límite de éstas mismas posibilidades. La muerte es la
última y definitiva posibilidad del hombre. La muerte es la existencia
imposible. Somos para la muerte. Para Heidegger, existir es ser para la muerte. Pero, ojo, que al mismo tiempo hay que
considerar a la muerte como una posibilidad imposible por cuanto a los otros
posibles los puedo certificar, ratificar, decir aquí están, mientras que a la
muerte nunca le podremos decir: si señora, aquí estoy y estoy muerto. Por lo
tanto, la muerte es la posibilidad de que todo lo que me es posible me sea imposible.
Digamos, para
entender a Sartre al respecto, que cuando él afirma: Existir es ser para la nada,
está corroborando la apreciación de Heidegger: Existir es ser para la muerte. Está confirmándonos que la aventura
humana, llegada a su límite de la muerte, sólo conduce a la nada. Y no
únicamente al hombre sino también a sus proyectos y a su historia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario