viernes, 15 de julio de 2011

El intento

Lo venían deseando desde hacía ya mucho tiempo.
Parecía algo imposible, una fantasía irrealizable, pero aún así, tenían fé en lograrlo.
Sabían muy bien el riesgo que ella corría, pero el deseo era más fuerte y la volvía capaz de jugarse entera por él.
Se habían enamorado casi por casualidad, un día cualquiera.
EL, tan soberbio y altanero, tan fuerte y grande.
Ella, tan pequeña, inocente y frágil…
Las diferencias eran evidentes, pero a su vez, era lo que alimentaba la feroz fantasía que inundaba sus mentes, lo que los acercaba más y más.
Y el irrefrenable deseo parecía no encontrar razones para no intentarlo si quiera.
Hasta que un día, no aguantaron más. No sabían ya de qué manera mitigar tanta pasión, tanto amor, tanta locura.
Y así, como si nada, en medio de la noche, bajo la luz de la luna, se miraron casi sin poder verse y con el arrogante afán de demostrarle al mundo que no hay imposibles, el elefante le dijo a la hormiga, intentémoslo...
Vale

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