Todo lo que nos irrita sobre los demas puede llevarnos
a un mejor entendimiento de nosotros mismos.
El hombre saludable no tortura a los demas,
generalmente es el torturado quien se vuelve torturador.
El encuentro de dos personas es como el contacto
de dos sustancias quimicas: si hay alguna reaccion,
las dos se transforman.
Un hombre que no ha pasado por el infierno
de sus pasiones nunca las habra superado.
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