sábado, 20 de agosto de 2011

Así es el miedo

El miedo existe… Solamente en el mecanismo de la mente. Tendrán que aprender a separarse de ese mecanismo. Nos identificamos hasta tal punto con el mecanismo, que hemos olvidado por completo la distancia. Se trata sólo de la mente y la mente no es otra cosa que el conjunto de condicionamientos que hemos recibido de otros.
Tampoco el miedo proviene de su ser. Obsérvenlo, analícenlo y se sorprenderán al descubrir quién se lo enseñó. Alguien en su infancia les infundió el miedo al amor, a los extraños, a lo desconocido. De ahí esas voces: a la madre, al padre…, y claro que no estoy diciendo que hubieran estado equivocados, porque esas afirmaciones fueron pertinentes en su momento.
Pero ya no son pertinentes. Ustedes ya son adultos y esos programas no encajan, pues no son más que rezagos del pasado. Sin embargo, persisten porque la mente no sabe cómo borrarlos, a menos que ustedes tomen mucha consciencia y los borren conscientemente. La mente no puede borrar sus programas automáticamente. La mente sabe ser programada pero no está en capacidad de desprogramarse por sí sola.

Este es uno de los problemas más fundamentales con lo que nos encontraremos, y en eso consiste mi trabajo –en ayudarlos a tomar consciencia de la programación para que puedan tomar distancia y darse cuenta de que ustedes no son el programa. Sólo entonces, cuando la distancia sea lo suficientemente grande, podrán borrar muchos programas que se han tornado anacrónicos y que ya no tienen sentido, pero que llevarán consigo hasta la muerte si no se separan de ellos.
He observado personalmente que el niño se identifica con su mente programada hacia la edad de cinco años. Es solamente hasta ese momento que está vivo realmente, porque no ha sido programado. A partir de ese momento, se convierte apenas en un mecanismo.


Todo aprendizaje real se detiene hacia los cinco años.
Las personas continúan repitiendo el programa cada vez mejor, con más destreza y eficiencia, pero básicamente siguen siendo los mismos hasta la muerte… a menos que, por alguna circunstancia, encuentren una situación, un campo de energía donde puedan tomar consciencia, caso en contra de ellas mismas, de todas esas tonterías que la mente les hace creer.

Cada vez que encuentran algo nuevo, la mente les dice: “¡Alto ahí! Eso es muy raro, nunca lo has hecho antes”. La mente dice: “No hagas nada que no hayas hecho antes porque es muy arriesgado. Quién sabe cuál pueda ser el resultado”. La mente siempre es ortodoxa porque vive a través de los programas. Desea que hagan solamente lo que ya han venido haciendo, porque lo hacen con eficiencia e inteligencia. ¿Quién sabe lo que una situación extraña pueda traer? ¿Quién sabe si está bien o no? ¡Así que tengan cuidado! La mente dice: “Sigue el programa de siempre y vive como has vivido hasta ahora. Continúa con la misma rutina para reducir la probabilidad de equivocarte”.

La mente desea evitar los errores, mientras que la vida no desea evitarlos sino experimentarlos para aprender mucho más, porque aprendemos solamente por ensayo y error. Si dejamos de cometer errores, también dejamos de aprender. La experiencia me ha enseñado que las personas que dejan de aprender se vuelven neuróticas. La neurosis es una especie de ausencia de aprendizaje. La persona teme aprender más, de manera que continúa trasegando por el mismo camino trillado. Aunque pueda sentir cansancio y aburrimiento, continúa con la misma rutina porque se ha acostumbrado a ella y le es familiar y conocida.

Cuando aparece el miedo, no es más que una señal de que algo se opone al programa que han llevado hasta ahora. Están ante una situación en la cual deben comenzar a aprender de nuevo. Eso implica abandonar la neurosis. Significa que deben comenzar a borrar lentamente lo que han venido haciendo desde la infancia, desde la edad de cinco años, para poder ser niños nuevamente y retomar donde abandonaron el proceso de aprendizaje.
Osho - El Miedo

No hay comentarios:

Publicar un comentario