martes, 16 de agosto de 2011

Queriendo impresionar

Sucedió una vez en un monasterio Zen: vino un hombre que quería ser
iniciado. El Maestro le dijo: "Tenemos dos categorías de iniciados aquí.
Tengo quinientos residentes en el ashram, en el monasterio, y
tenemos dos categorías: una es la de discípulo y la otra es la de Maestro. Así
que, ¿a qué categoría te gustaría unirte?".
El hombre era absolutamente nuevo; incluso sintió una pequeña duda, y
respondió: "Si es posible, me gustaría ser iniciado como Maestro".
El Maestro estaba bromeando. Sólo estaba bromeando, y quería mirar el
inconsciente más profundo.

A todo el mundo le gustaría ser un Maestro, e incluso si te haces
discípulo lo haces sólo como un medio, sólo como un medio para hacerte
Maestro: tienes que pasar por ello, es una obligación, de otra forma, ¿cómo te vas a convertir en un Maestro? Así que tienes que ser un discípulo, pero
es la búsqueda del ego para ser un Maestro.
AI ego le gustaría enseñar, no aprender, e incluso si aprendes, es aprendizaje con la idea de prepararte para enseñar. Vosotros me escucháis; con el escuchar yo también
tengo dos categorías: puedes escuchar como un discípulo; puedes escuchar como un aspirante a Maestro.
Si escuchas como aspirante a Maestro tú te lo pierdes, porque con esa actitud no puedes escuchar. Si tan sólo estás esperando, preparándote y preguntándote cómo saltar a ser un Maestro y enseñar a los demás, no puedes ser receptivo. Sólo puedes aprender si eres un discípulo sin ningún pensamiento de convertirte en un Maestro.

¡Escuchas sólo para decir a los demás lo que has aprendido! Saca de
la mente esa idea completamente, porque si esa idea está ahí, si el aspirante
a Maestro está ahí, el discípulo no puede existir; nunca coexisten.

Un discípulo es simplemente un discípulo. Un día sucede que se
convierte en Maestro; pero ésa no es la meta, ésa es sólo una consecuencia.
Siendo un aprendiz uno se vuelve sabio; ésa es una consecuencia, no la meta. Si aprendes simplemente para volverte sabio nunca aprenderás, porque
ser sabio es una meta del ego, un "ego-trip". Y si estás tan sólo esperando a
desarrollarte, à madurar para convertirte en Maestro, y el ser un discípulo
es sólo un pasaje que hay que atravesar cuando antes mejor, que hay
que concluir y no eres feliz en él, que te gustaría terminar, entonces
no eres un discípulo y nunca serás un Maestro.

OSHO


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