Cuando Buda, ya muy anciano, sintió próxima la hora de su muerte, le dijo a su discípulo Ananda mientras caminaban por el bosque:
-Estoy cansado. Prepárame un lecho donde poder descansar.
Ananda, con sumo cuidado, preparó un lecho de hojas secas, y el Buda se acostó en el.
-Voy a llamar a los discípulos- Le dijo
Poco a poco los discípulos fueron llegando. Ananda y algunos otros lloraban. El les hablaba dulcemente, y les prodigaba palabras de consuelo. Entonces pronunció sus últimas palabras:
-Tomad refugio en vosotros mismos; no os refugiéis en los demás. Sed vuestra propia luz, vuestra propia lampara.
Esta fue su última enseñanza.
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