INTEGRACIÓN DE LO APRENDIDO. CONCLUSIÓN
El síndrome del amor negativo se nutre de la esperanza equivocada e inconsciente de que si actuamos igual que nuestros padres, algún día nos amarán. Sin embargo, al profundizar tenemos que reconocer que no nos sentimos ni mucho menos dignos de amor, y a esto lo llamamos neurosis. Esperamos en vano que de algún modo mamá y papá den un rotundo ¡Si! a todas las plegarias infantiles que nunca hemos expresado: «Soy como vosotros, ¿me queréis ahora?».
Por desgracia, este tipo de esperanza no se satisface jamás, pues las actitudes negativas no conducen al amor positivo. independientemente de lo parecido que seas a tus padres, de la lucha incansable que mantengas por rebelarte y superar su ejemplo negativo, ellos no podrán amarte nunca del modo incondicional que necesita v desea tu Niño emocional, es decir, desinteresadamente, sin pedir nada a cambio.
Con una copa vacía no puede llenarse otra. Hasta que no reconozcas esta verdad seguirás siendo un prisionero impotente; hasta que no dejes de buscar incesantemente el amor que nunca conseguiste de tus padres, nunca hallarás satisfacción. ¿No es ya hora de poner a la búsqueda?
Has recorrido un largo viaje para descubrirte a ti mismo; En él has aprendido que tus padres, a pesar de ser el origen de tus problemas con el amor, eran a su vez víctimas inocentes. Tras tanto tiempo de lucha interna, te has dado cuenta de que tú tampoco tenías la culpa y de que estar vivo es ser capaz de jugar con alegría. Supuestamente, has desterrado de ti el rencor y has transformado tu lado oscuro en Luz.
Todo proceso ha sido una preparación para el descubrimiento de la verdad última: eres digno de amor, eres amor, eres de la Luz y por lo tanto estás en la Luz (la fuente universal que es amor). Debajo de las capas negativas has encontrado tu esencia verdadera, perfecta y positiva: conociste a tu Yo espiritual en el Viaje a la Luz. Ahora sabes que no hace falta aprender lo positivo, basta con dejarlo florecer.
Cuando el amor negativo queda expuesto como lo que es, una mentira, cuando se recicla y se aparta a un lado, muere por falta de energía. Al rellenar el vacío resultante con el amor innato hacia ti mismo, desaparece la motivación compulsiva oculta detrás de las pautas negativas. ¿Por qué seguir buscando en vano el seudoamor del pasado cuando hoy puedes darte auténtico amor a ti mismo?
La psiquiatría, los movimientos para el desarrollo del potencial humano y diversas disciplinas religiosas afirman esta verdad: la respuesta se encuentra dentro de ti. El problema es cómo experimentar esta verdad.
La Clausura es la afirmación solemne del compromiso amoroso de cada uno consigo mismo, la confirmación de nuestra identidad con la Luz. Sirve para sellar el pacto de cerrar la puerta al pasado negativo y entrar voluntariamente en la nueva vida, con un presente y un futuro positivos. Finaliza una etapa de tu vida y da comienzo otra.
Para aprender a amar es preciso instruir al Intelecto adulto y al Niño emocional en los pasos finales: la aceptación, el perdón («poner la otra mejilla» ya no es una amonestación sino un estado interior del ser) y el amor sin reservas. Tu Niño emocional podrá por fin recibir el amor que necesita de los seres más importantes de su existencia, no mamá y papá, sino tu propio Intelecto adulto y tu Yo espiritual. Eliminados los bloqueos y las resistencias negativas, el amor fluirá libremente entre todas las partes de tu ser.
Ahora el Niño está deseando crecer. Tus Yos intelectual y espiritual lo respaldan con cariño observándolo a medida que crece, año a año, hasta tu edad actual. El pequeño llorará de alegría y alivio al sentir por primera vez la aceptación que necesita para desarrollarse y madurar.
Con la imaginación, experimentarás como tu nuevo Adulto emocional positivo ocupa el lugar del Niño emocional negativo. Cuando el Intelecto adulto y el Adulto emocional se encuentren cara a cara, volverán a compartir los cinco factores del amor: la comprensión sin condena, compasión, aceptación, perdón y cariño. A través de una maravillosa experiencia simbólica, el Yo emocional, ahora positivo, el Intelecto adulto reeducado y el Yo espiritual perfecto se unirán e integrarán en la Luz. Habrás alcanzado la meta del amor por ti mismo.
Libre por fin de la causa del amor negativo y con las herramientas precisas para reciclar los rasgos negativos en positivos, tu Trinidad recién integrada ha de volver al cuerpo físico para convertirse en una Cuadrinidad llena de vida y amor.
La muerte del síndrome del amor negativo hace desaparecer ¡muchos rasgos, pero no implica el final automático o inmediato de todos ellos. La persistencia de las pautas negativas. Una vez en su origen es similar a la amputación de un miembro: al paciente le parece que el brazo o la pierna siguen formando parte de él, y es incluso capaz de sentir dolor en esa zona de su cuerpo.
Para deshacerte de un rasgo negativo te hará falta mucha conciencia y paciencia, pues habrás de sustituirlo cada vez por una conducta positiva alternativa. Además, si deseas que el reciclaje y la toma de conciencia sean efectivos, deberás asumir la responsabilidad de decidir utilizarlos. Puedes optar por recurrir a estas técnicas para consolidar tus conquistas, o bien permanecer esclavo de esos hábitos amputados que todavía se hacen sentir.
Un participante del Proceso Intensivo consideraba la responsabilidad y la conciencia del modo siguiente:
Cuando el naciente estado de amor se convierte en algo orgánico, los cambios de la vida son increíbles. Según las declaraciones de muchos participantes, los problemas de falta de amor, miedo, culpa, ansiedad, adicción, desesperación, rabia, maltrato a hijos y cónyuges, y enfermedades psicosomáticas, disminuyen o desaparecen, al igual que los casos de anorexia, bulimia, jaquecas, impotencia, frigidez, paranoia y muchos tipos de alergias.
No es sorprendente que el amor auténtico modifique también las actitudes frente a las relaciones de todo tipo. Visitar a los padres deja de ser una obligación cansina y se transforma en un momento de intimidad y cariño. A ellos les encantará convertirse en receptores de la corriente de amor que apenas experimentaron antes. Con toda seguridad intentarán apretarte los botones, pero tú has desconectado los cables con un destornillador mental, y si pulsan el botón no sonará ningún timbre.
Las relaciones conyugales se estrechan gracias al amor, o se rompen amistosamente cuando la relación sólo se basaba en la codependencia y la necesidad de hacer los juegos del amor negativo programado.
Los padres que salen del Proceso, después de descubrir lo paralizantes que fueron las pautas del amor negativo en su infancia, toman especialmente la determinación de no legárselas a sus hijos. Si tienes hijos, como les decimos a los participantes, ellos te pondrán a prueba para asegurarse de que el cambio es real. Sólo entonces podrán aceptar, rendirse y responder a tu condición de padre o madre y contribuirán a crear una nueva relación del amor.
Con amor también se aprende a entender a las personas sin espejismos. Cuando son negativas, eres capaz de ver claramente lo que se esconde detrás de la fachada y puedes evitar implicarte en sus pautas compulsivas.
A menudo me preguntan cómo es posible ser tan positivo en un planeta tan negativo. Incluso amándose uno mismo, ¿cómo vivir amorosamente en un entorno sin amor? Negarse a vivir plenamente en el mundo hasta que éste sea perfecto es otra manifestación del amor negativo programado por los padres. Cuando la Trinidad mental se reeduca y se quita la venda infantil de los ojos, acepta que el mundo es como es, ni mas ni menos, y que sólo tenemos poder sobre una pequeña fracción del universo. Si los grandes maestros espirituales del pasado como Moisés, Buda, Jesús y Mahoma no pudieron abolir el mal y la oscuridad del mundo, ¿por qué pensar que nosotros si podemos?
Erradicarlos de nuestro interior es suficiente.
Sin embargo, quizás el mundo no sea tan terrible como creemos. Son las pautas del amor negativo las que nos impiden ver la bondad, la belleza y el amor a nuestro alrededor, pues vemos únicamente lo que conocemos. Si de niños sólo conocemos el miedo, la rabia, la envidia y la estupidez, probablemente será eso lo que nos permitiremos ver de adultos. Cuando experimentamos el amor en los cuatro planos del ser, somos capaces de reconocer el amor que existe dondequiera que vamos.
Alcanzar el amor por nosotros mismos y por los demás no es una «euforia» pasajera. El amor verdadero supone un crecimiento continuo que sustituye al archiconocido ciclo de altibajos. Es posible evolucionar hasta la meta que te propongas, lo cual no significa que no vayas a pasar por momentos de desdicha, aflicción, justa indignación, dolor o momentos bajos. Vivir en el amor significa fluir entre los obstáculos de la vida y experimentarlos sin sentirse abrumado , desbordado, deprimido, y vencido.
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